26 febrero 2009

Desperté una mañana....

Hace un tiempo pedí a mis alumnos escribir un ensayo sobre aquello que quisieran, pero cuyo título debía comenzar con "Desperté una mañana..." (justo había escuchado un reportaje en la radio sobre un poeta cuyo nombre no alcancé a retener, y que tenía una poesía con esas palabras).

Fue un exitazo.

Y así me pasó a mí misma hace 5 días atrás: desperté una mañana, y opté por ducharme con agua fría, y así ha sido desde esa mañana en adelante.  Desperté en la mañana siguiente, y decidí hacer abdominales, y así ha sido, en las mañanas y en las noches.

Estoy sorprendida, porque me carga(ba) el agua fría y por lo general me duchaba con agua hirviendo, salía cocinada.  Y en la piscina no me bañaba salvo que tuviera 26°.  Pero con estas duchas frías me he sentido espectacular, es realmente agradable, hasta canto (auch, urgh, uuuuhhh).

Y estoy sorprendida, porque se me había literalmente olvidado que había músculos en el abdomen, chupalla que dolor con apenas ¡5! (me da casi vergüenza confesarlo).  Pero después de 20 años sin ejercicio localizado, no era menos de esperar.  Esta mañana ya fueron 10 y así pronto estaré en las 3 series de 15.  Pensar que alguna vez hacía 200 y más.

Ojalá despierte una mañana y sepa con la misma certeza qué hacer de mi proyecto profesional.

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