26 febrero 2009

Zwielicht

Esa extraña hora del día en que no es ni de día ni de noche, en que la Ley establece que hay que encender las luces del vehículo, pero aún no está oscuro, en que hay que concentrarse más al mirar conduciendo en carretera, de hecho, esa 1/2 hora que muchos conductores detestan.

Esa extraña hora del día en que la luz toma una fuerza sorprendente, tiñe y acentúa los colores de la naturaleza, pero no brilla, de hecho, la mejor hora para fotografía artísitca.

Esa extraña hora del día en que no estás aquí y no estás allá, en que el desenlace es inevitable, pero el anhelo de un día más largo tiene aún su legitimidad.


Así me siento.  Ya pasó la euforia por ordenar que "me dio" en verano (ordenar clostes, limpiar puertas y paredes, reorganizar muebles, hasta los archivos del PC); pero todavía no "me viene" la inspiración para organizar la vida laboral.  
Sabiendo que el Zwielicht dura por lo general sólo media hora, supongo que me tendré que resignar y esperar, ya lograré ver claro hacia adelante.

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