23 abril 2009

Vocación de mamá II

Coincido en que el "GPS Interior" es gravitante en indicarnos nuestra misión y camino, pero también veo actuando sobre mi un fenómeno de paradigma socio-cultural.

En la generación en la que me crié, fue "obvio" que una persona joven con facilidad para el desarrollo intelectual priorizara el cultivo de esta inteligencia en un mundo académico, y posteriormente destacara en el ámbito profesional/laboral teniendo las capacidades para ello ("¡cómo desperdiciarlas!").

Ser buena alumna, tener buen puntaje en la P.A.A. y no estudiar en la Universidad ni siquiera cabía en el ámbito de las cosas a considerar.  Ahora, independiente de la presión social, también yo así lo quise: estudiar y estudiar, conocer, formarme para luego hacer algo con eso.

Curiosamente, desde chica tuve claro que quería estudiar en Stgo al salir del colegio, pero nunca vi claro qué es lo que quería hacer después (y aún no lo veo).  Sólo tenía una fuerte corazonada y era no trabajar encerrada en una oficina disfrazada de oficinista.


Paralelamente, nunca tuve mucha afinidad con los niños, quizá por ser la hija menor y no tener mucha relación con los menores de la familia extensa.  Junto con eso, el "modelo Disney" inculca la búsqueda de la realización como princesa con un príncipe (azul), pero no hace mención a la pega de mamá y dueña de casa de Aurora.  Se sumó al poco éxito en mi búsqueda del Príncipe, no es que hayan faltado candidatos (más bien sobraron), pero dado que coincidían con la función de príncipe pero no de padre de familia, mi "guata" (GPS) me decía "noooo!!!" a la proyección de familia con alguno, a pesar de que tuve gratos momentos en buena compañía.


Entonces, la ruta lógica seguía siendo la búsqueda del éxito profesional, en distintos ámbitos del desarrollo profesional.

No es que lo anterior sea "malo", o contrario a parte del rol que siento debo jugar en este gran juego (si tengo la habilidad/don, debo cultivarla/o).  Pero me estoy dando cuenta que es una parte. Que no lo es todo.  Que hay otros elementos en mi vida que el paradigma del profesional no me estaba permitiendo valorar.


Y esto es lo que me ha estado pasando ahora: conocí a Julio, tuve una extraña pero clara certeza de que quería que fuese el padre de mis hijos (¡además de mi Príncipe!), ahora tengo 2 chicocas y pues soy muy feliz de mamá, llevando y buscando a mis hijas, involucrándome en las redes de apoderados, tejiendo bufandas para la acción social.  Miro para atrás, y si bien el período con dos guaguas de pañales fue intenso, lo disfruté mucho, sentí mucha paz en el corazón, a pesar de que la mente me traicionó con frustraciones... mentales.  Me encantaría tener otr@ hij@, y conectarme con este anhelo me ha significado conectarme con la maternidad absolutamente por voluntad mía.


Entonces, apareció la pregunta y en realidad, sobretodo, asombro: ¡me gusta ser mamá! ¡Si fuera pagado, me dedicaría a ser mucho más mamá aún! ¡Y ya no me importa que a otros les parezca "desaprovechar la capacidad profesional"!  Porque no es un desaprovechar, es un reorientar y priorizar.  Tampoco dejaría de trabajar totalmente, quizá hasta seguiría haciendo las cosas como hasta el momento...

...El gran asunto de fondo es que, si asumo esta vocación, varias cosas podrían o debieran cambiar en mi rutina, en mi hacer, en mis decisiones.  Otras cosas podrían empezar a fluir (¡al fin!).  Y bueno, es raro.  Nunca me había dejado el espacio para considerar como posible el que me gustara tanto ser mamá, y ahora me quiero dejar ese espacio, esa opción.


Volviendo al GPS, sigo sabiendo que tengo una misión en este planeta (en realidad, conozco parte de ella), y no es que mi misión sea ser mamá.  Es el hecho de que puedo ser feliz mamá paralelamente al cumplimiento de mi misión.  Despejando la vía entonces, supongo que me será más fácil conectarme con el resto de mi misión que aún no conozco, y ponerme a disposición del Gran Jefe para que me indique el camino, haciendo su voluntad y ya no la paradigmáticamente mía.


Que bonito, ¿cierto? Quizá no es una gran cosa, pero se complementa con mi reencantarme y reconciliarme conmigo misma. :-)


Ahora tengo que ir a decírselo a Disney.

2 comentarios:

Ignacio Fernández Reyes dijo...

Bellísimo Tanja. Alucinante tu honestidad y tu claridad. Cuando el GPS choca con la programación socio-cultural propia o de los otros, su voz es la que trae la sabiduría.

Sin duda que tu misión pasa por ser mamá. ¿No eres responsable de cuidar la luz y alimentar el alma de tus hijos, para que sean seres de alto nivel energético?

Gracias por tu apertura, por permitirnos navegar virtualmente junto a ti en tus procesos y por ser mamá, quizás el rol más complejo y que requiere de la mayor inteligencia posible.

Tanja dijo...

La honestidad la debo al perderle el miedo a exponerme (con lo que descubrí la ganancia del "compartirme"); la claridad se la debo al último empujón de Alicia, aunque ella quizá aún ni lo sepa...

Y ahora me has dado un nuevo empujón en esta cadena de descubrimientos: qué es lo que verdaderamente significa ser mamá, y es hermoso como lo defines. ¡Me llevo tarea para la casa!

Así que gracias a ti por acompañarme, y también por tu reconocimiento hacia el rol :)