Cuando hace unos años mi hermana me regaló para el cumpleaños una plancha de esas con vapor, y yo sentí una felicidad enorme, tuve la impresión de que mis prioridades en la vida estaban cambiando.
Pero hoy, en que mi marido cambió la llave de agua del lavaplatos, y yo siento una gratitud sin límites, tengo la certeza de que he dado el gran paso a asumir mi rol en la familia.
13 abril 2008
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